Cuando el miedo cruza la pantalla
Hysteria in Boothill no es una experiencia para ver: es una experiencia para sentir. Este proyecto combina un pasaje físico del terror con capas de realidad mixta para crear una atmósfera asfixiante, reactiva y totalmente inmersiva. El reto era claro: hacer que lo virtual se sintiera tan real como lo tangible, y que el visitante no pudiera distinguir si el escalofrío viene del actor tras la puerta… o del personaje digital que le susurra al oído.